domingo, 13 de mayo de 2012

Cóctel infantil

Aquellos maravillosos años:       
                                                 

Corría la friolera del año 1991, estábamos de celebración: mi cumpleaños.
Quedé con mis amigas del cole para pasar un día especial. Primero nos hicimos unas fotos en las moreras y después pasamos la tarde en un burger. Es lo que los niños de entonces hacíamos comer una hamburguesa, patatas fritas, refrescos y meternos calorías en los minúsculos cuerpecillos.

Me regalaron muchas cosas, pero lo mejor estaba por venir.
La hamburguesería se llamaba Drotos en Valladolid, ya no existe, pero fue mítica para los chicos de mi generación no había nadie que no hubiera ido alguna vez allí.

Estábamos tranquilamente entre risas, cuando una amiga mía del cole empezó a hacer el gamberro con los chicos de al lado. La dijimos oye para, que la cosa se puede poner fea. Empezó tirando una patata frita a los chicos de al lado, ellos ni cortos ni perezosos respondieron igual, y aquello se convirtió en una guerra campal donde por supuesto nos echaron a la calle después de terminar de merendar. Aunque el resto de gente también se divirtió tirando de todo por los aires como nosotras, y no terminaron en la calle.
Una manera muy original de conocer chicos la nuestra. Resulta que a ellos también los echaron. Éramos 5 amigas contando conmigo, y ellos - si no recuerdo mal - 3 amigos.

Lo curioso de aquello es que empezamos a hablar con ellos ya en la calle, cómo os llamáis, dónde estudiais, les comentamos que era mi cumple, enseñé los regalos y poco a poco fuimos conociéndolos. En aquella época te pedían el teléfono, para tener contacto y saber más de nosotras. De forma inocente se lo dimos, ahora no sé si hubiéramos hecho lo mismo realmente.

A una amiga mía le encantó el rubio de ojos azules, y él no la quitaba ojo desde luego. La otra  suspiraba por el moreno alto de ojos negros, y yo como siempre a mi bola, ya desde pequeña. Me parecieron muy majos los tres chavales, que "la liaron parda" con nosotras en el burger.
En días sucesivos nos fueron a buscar a la salida de clase, a la puerta del cole, unos micos ellos y nosotras, pero, ¿y lo bien que lo pasamos? Tardes de risas y de inocencia, que siempre quedarán en la memoria.

Forjamos amistades que se perdieron con el paso de los años, pero afortunadamente, alguna se recuperó muchos lustros después.


4 comentarios:

  1. Gracias por recordar con cariño a DROTOS, aunque después nos tocase recoger todas las patatas voladoras, en el 91 yo trabaje en drotos el primer trabajo de mi vida y recuerdo con mucho cariño esos años y a todos mis compañeros y jefes de drotos, muchos de nosotros seguimos siendo los mejores amigos hoy en día a pesar de vivir fuera de Valladolid ahora.

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    1. hola!!! yo también trabaje en DROTOS en el 91 y estoy intentando encontrar a mis compañeros y a Rosa pero no encuentro nada, quien eres tu. un abrazo inmenso

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  2. Yo conocí aquella hamburguesería. Que bonitos recuerdos

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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